Mi propósito en este artículo es contaros por qué es importante aplicar estrategias circulares tanto en el mundo del diseño como de la empresa y hacer una primera introducción de cuál es el approach que planteamos en todos los proyectos realizados por el equipo de Lúcid 😊
El ritmo de crecimiento que tiene nuestro planeta es elevadísimo en todos los sentidos: crecimiento de la población, crecimiento de los núcleos urbanos, crecimiento del consumo de energía primaria, en el uso de agua, en el uso de fertilizantes, en la desforestación de bosques, en el consumo de monóxido de carbono y un laaargo etcétera de fenómenos que no pueden seguir creciendo al ritmo que lo están haciendo actualmente (véase la siguiente infografía):
El ritmo de crecimiento de la población del planeta es ahora imparable. De hecho, se calcula que en 2024 llegaremos a los 8 billones de personas en el mundo, con los elevados datos de consumo de recursos que esto supone: incremento del 50% del consumo de energía, incremento del 50% del consumo de comida e incremento de un 30% en la demanda de agua.
Unos datos realmente preocupantes que se traducen en un incremento muy notable de la degradación de la naturaleza y la escasez de recursos, que a su vez se traducirá en un decrecimiento de la calidad y la seguridad de nuestras vidas.
Por suerte, los gobiernos han empezado a tomar medidas para intentar frenar este crecimiento tan poco rentable para nuestro planeta. Y, aunque son medidas insuficientes, queremos pensar que es el inicio de un cambio de mentalidad gubernamental, en la que se priorizará nuestro planeta antes que el crecimiento económico y la explotación continuada de recursos.
Son ejemplos las regulaciones europeas referentes a la prohibición del uso de plásticos, la prohibición del uso de pajitas y la obligación de utilizar productos desechables en el sector restauración. O en una plana más global, los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas que persiguen una mejora de la calidad de vida de nuestro planeta para preservarlo tal y como merece.
Aunque a corto plazo pueda parecer un gran cambio estructural, existe evidencia que a largo plazo vale la pena invertir en economía circular. En los siguientes gráficos podemos ver que las empresas que invirtieron en el desarrollo sostenible crecieron más que las empresas que no lo hicieron:
E incluso fue beneficioso en tiempos de crisis. Y es que las empresas que han invertido en economía circular han resistido mucho mejor a la crisis de la COVID‑19.
Más allá del contexto económico y medioambiental, estamos en un momento de concienciación colectiva en el que el consumidor se ha vuelto más exigente respecto a la sostenibilidad de los productos y servicios que consume.
Si bien antes era un valor añadido, ahora la sostenibilidad de los productos es un must para muchos consumidores. Teniendo en cuenta su proceso y lugar de fabricación, los materiales utilizados, la empresa que hay detrás y las posibilidades de reutilización del producto son factores que cada vez pesan más en el momento de decisión de compra.
La economía circular se basa en la idea de que todo lo que se produce ‒evidentemente, de forma sostenible‒, tiene también un uso sostenible y, a la vez, puede ser reciclado/reutilizado/reparado para volver a entrar otra vez en el círculo y en la etapa de producción. De esta manera, todas las etapas de la economía están enfocadas tanto a la sostenibilidad de las prácticas como a su reutilización y aprovechamiento.
Esta imagen nos muestra la diferencia que hay entre la economía semicircular ‒ya veis que genera mucho residuo y a la vez hay consumo de materias primas no renovables‒ y la economía circular, donde todo es producido de forma sostenible y proviene de recursos renovables.
El rol del diseño es determinante en la economía circular, ya que el 80% de los impactos medioambientales de los productos se produce en la fase de diseño.
Eso quiere decir que es imprescindible un cambio de mentalidad del mundo empresarial para poder llevar a cabo este cambio de modelo tan necesario para nuestro planeta.
Si te estás preguntando...
Por Marc Fabra Ferrer, Partner & Head of Industrial Design and Sustainability