Ante una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo, han visto la luz un sinfín de soluciones que pretenden cubrir nuevas necesidades con el fin de paliar los devastadores efectos que esta pandemia está teniendo en el sistema sanitario, en la situación económica y en la vida y el día a día de las personas.
Un contexto de mucha incertidumbre que ha puesto en valor la capacidad creativa, innovadora y de colaboración de nuestras sociedades y que hemos decidido analizar profundamente para que lo que estamos viviendo nos sirva de aprendizaje en un futuro próximo. ¿Qué lecciones nos ha dado el COVID-19 a los que nos dedicamos al mundo del diseño?
Son muchas las soluciones que han visto la luz en las últimas semanas que han sido desarrolladas gracias a la impresión 3D. Una alternativa que se ha consolidado como opción para el diseño y producción en masa de productos con mucha inmediatez y a un coste económico muy bajo. Una alternativa ideal para responder a una situación de crisis y colapso caracterizada por requerir soluciones rápidas y eficaces.
Son un ejemplo las pantallas protectoras diseñadas para los equipos sanitarios o la producción de válvulas para el diseño de respiradores. Alternativas que pretenden llegar donde no son suficientes los recursos habituales y ofrecer soluciones viables, escalables a nivel de producción, económicas y rápidas.
Otro ejemplo es el respirador de campaña diseñado por El Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Leitat, el Consorci Sanitari de Terrassa y el hospital Parc Taulí de Sabadell, en colaboración con varias empresas, que han desarrollado el primer respirador mecánico de campaña fabricado mediante impresión 3D industrializable. Es decir, con capacidad de producción escalable.
Si la capacidad de innovación de los humanos no tiene límites, ante una situación de crisis las soluciones pueden llegar a ser sorprendentemente creativas, y no tienen por qué partir de cero, a veces es suficiente con reinventar el uso de un producto.
Un ejemplo de ello es el trabajo realizado por SEAT, que, partiendo del motor del limpiaparabrisas, han utilizado engranajes impresos en la misma fabrica, ejes de cajas de cambios y han diseñado un nuevo modelo de respirador de emergencia que se está empezando a usar en hospitales.
En situaciones de crisis en las que escasean los recursos es importante sumar esfuerzos para conseguir soluciones de forma casi inmediata. Es en este punto donde adquiere sentido el "Do It Yourself". Son muchos los sanitarios y personas de riesgo que necesitan de material para su día a día y todo lo que se pueda hacer des de un punto de vista individual es una contribución a paliar la situación de crisis.
En los últimos días se han visto numerosos tutoriales de cómo hacer mascarillas que protejan del COVID-19, en internet te puedes descargar indicaciones para imprimir máscaras protectoras con la propia impresora 3D, y un sinfín de alternativas más.
De esta forma se consigue incrementar el volumen de soluciones en un momento de gran necesidad.
Tal y como mencionamos en nuestro último post sobre diseñar para la economía circular, un diseño sostenible cumple 3 principios: el primero que sea fabricado con productos reciclables, una destacable durabilidad y que tenga facilidades para ser reparado o reutilizado. Una de los efectos de esta crisis es que nos ha puesto en una situación de escasez de recursos que nos ha obligado a recurrir a este tipo de diseños.
Esto es lo que ha sucedido con las conocidas máscaras de buceo de Decathlon, inicialmente diseñadas para la práctica de snorkel y que han sido reutilizadas para la producción de mascarillas de oxígeno de alto flujo.
Si algo nos ha enseñado la crisis del COVID es la capacidad colaborativa de la sociedad. Es más, muchas de las soluciones aparecidas los últimos días no habrían visto la luz sin el trabajo desinteresado y en equipo de los diferentes agentes implicados. Son muchas las plataformas online que han surgido para poner en contacto a los diferentes agentes del proceso de diseño.
Un ejemplo de ello es el proyecto Coronavirus Makers con la intención de desarrollar planos open source e instrucciones para que cualquiera con una impresora 3D pueda ponerse manos a la obra. Según informan, actualmente son más de 10.000 makers coordinados mediante Telegram para crear mascarillas, máscaras, respiradores y cabinas en un tiempo récord.