En el décimo episodio de El Periscopio acerca de inteligencia artificial, hablamos con Oleguer Sagarra, cofundador y codirector ejecutivo de Dribia, sobre la IA desde una perspectiva realista y reflexiva que nos permite Haga una pausa y piense en las posibilidades de este campo de tendencias.
Dribia: más que solo datos
Dribia es un estudio de innovación en ciencia de datos. Se compone de unas 32 personas que crean soluciones personalizadas para sus clientes, resolviendo problemas mediante la explotación de datos.
Las dos caras de ChatGPT
La herramienta de inteligencia artificial está en los titulares de todos lados y, si bien es impresionante, Oleguer nos dice que solo vemos los experimentos exitosos. Advierte sobre la IA: «Son herramientas muy interesantes y poderosas, pero también son muy nuevas y tienen muchas limitaciones».
«Son máquinas que parecen humanas, pero no lo son», dice Oleguer.
El hecho de que el resultado suene humano no significa que el proceso detrás de él sea el mismo. ChatGPT dice cosas que suenan muy bien, pero que a menudo contienen errores sutiles.
Sagarra cree que la IA tendrá muchos usos, pero no está claro cuál tendrá éxito. Destaca la importancia de que la IA sea útil y segura. De lo contrario, no será viable para aplicaciones críticas.

Escalar procesos con inteligencia artificial
Nuestro huésped define la IA como la capacidad de una computadora para procesar datos y completar con éxito tareas muy específicas con una asistencia externa mínima.
Dice que la clave de la tecnología de inteligencia artificial es escalar los procesos. Con la IA, intentamos escalar los procesos que los humanos realizan más lentamente, de manera que imite nuestro enfoque, pero a un ritmo mucho más rápido.
Sin embargo, eso no significa que las computadoras hagan las cosas mejor que los humanos. «Tendemos a subestimarnos, pero nuestro cerebro es capaz de hacer cosas asombrosas», señala Sagarra.
La mejor de las herramientas
«La inteligencia artificial no nos reemplazará».
Nos permitirá lograr más en menos tiempo. La IA se encargará de las tareas de bajo valor por nosotros. Si se usa correctamente, aumentará nuestra productividad.
También añade que solo nosotros podemos dar forma a nuestro conocimiento e interacciones con el mundo real. Tenemos sentidos y percibimos nuestro entorno, pero las máquinas carecen de un modelo causal del mundo. Pueden generar muchas cosas de forma independiente, pero debemos estar ahí para validarlos.
Además, detrás de cada tecnología, hay un ser humano. Sagarra destaca la importancia de asumir la responsabilidad de la tecnología que creamos. La responsabilidad de lo que hace un proceso automatizado recae en las personas que lo respaldan.

Datos, datos y más datos
Muchas empresas creen que recopilar datos es el mejor enfoque, pero es caro. Los datos incluyen abogados, leyes de protección de datos, tecnología y más. Si no se utilizan de forma eficaz, los datos se convierten en activo eso solo implica costos.
Oleguer habla de la calidad de los datos y dice que la gente se obsesiona con ella. Sin embargo, recalca que los datos solo tienen que ser lo suficientemente buenos para el uso previsto.
La verdadera prueba se produce cuando los datos se ponen a trabajar.
Una falsa democratización
Sobre el tema de democratizar la tecnología, Sagarra reconoce sus beneficios pero afirma que es engañoso. Si bien todos tienen acceso a la IA, solo cinco empresas en el mundo tienen los recursos para desarrollarla e implementarla a escala. Es un monopolio.

El valor de la tecnología
La tecnología puede brindar una gran ayuda en los procesos de bajo valor agregado. La creación de prototipos es un buen ejemplo: la ideación sigue siendo una tarea humana, pero cuando se trata de ejecutar un prototipo, los avances tecnológicos marcan una enorme diferencia.
Es bien sabido que los humanos son útiles retroalimentación y finalizan las ideas cuando puedan interactuar físicamente con ellas. La creación de prototipos es una etapa crucial en los procesos creativos. donde los procesos tecnológicos y no tecnológicos pueden tener un impacto significativo.
«La IA no te reemplazará. Alguien que utilice la IA lo hará». Oleguer nos lo recuerda. No debemos temer a la tecnología, debemos usarla con prudencia.

Una solicitud
Sagarra no le pide nada a la IA en sí misma, sino a las personas que la utilizan. Nos hemos acostumbrado a vernos a nosotros mismos como consumidores de tecnología, pero en realidad somos usuarios.
Como usuarios, adoptamos las herramientas porque las entendemos, quizás no del todo, pero lo suficiente como para confiar en ellas.
Nos insta a no renunciar a nuestra comprensión. En cambio, nos anima a formule las preguntas correctas para exigir la transparencia y la confianza necesaria en la tecnología que utilizamos.