Los sistemas de diseño nos permiten organizar y establecer las bases que dan coherencia al producto. Además, son el medio a través del cual logramos un lenguaje único para que todos los miembros del equipo trabajen en colaboración y promuevan las mejores prácticas.
Como agencia de diseño de productos digitales, es común que nos encontremos con proyectos que carecen de un sistema de diseño. De hecho, lo más habitual es que las empresas se pongan en contacto con nosotros después de invertir innumerables horas intentando hacer evolucionar su producto sin lograr los resultados deseados, en un proceso complejo, tedioso y frustrante.
Este escenario nos ha motivado a escribir este artículo, donde compartiremos los beneficios y ventajas de un buen sistema de diseño, basado en experiencias reales, y explique cómo abordamos estas situaciones desde la perspectiva de la agencia.
En el desarrollo de un producto digital, intervienen muchos perfiles diferentes: departamentos de productos y marketing, diseñadores, desarrolladores, etc.
Para una coordinación y una planificación óptimas, es fundamental contar con herramientas que nos permitan abordar las tareas diarias de forma organizada y estructurada.
Bueno, un sistema de diseño es como la base de una casa; sienta las bases para construir una visión común y estratégica, estableciendo reglas, y compilar bibliotecas de recursos reutilizables, que permiten la escalabilidad y el crecimiento eficiente. Interesante, ¿verdad?
Primera fase: Una buena inmersión en comprenda los desafíos y comparta este fascinante viaje
Para el desarrollo de este tipo de proyectos, donde interactuarás con las diferentes capas y departamentos de una empresa, es vital integrarte lo más posible con toda la estructura del proyecto. En Lúcid, consideramos fundamental establecer y acordar una metodología de trabajo colaborativo con el cliente, en la que todas las partes participen activamente en todo el proceso de diseño.
La primera fase es la inmersión, en la que conocemos mejor a los clientes, ellos comparten sus desafíos como empresa, sus puntos de vista y proporcionan un contexto sobre el proyecto. En estas sesiones, compartimos todos nuestros conocimientos con ellos: explicamos el valor diferencial de un buen diseño de producto y detallamos cada una de las diferentes fases de este viaje que emprenderemos en equipo.
Compartimos nuestras herramientas de trabajo, como Notion y Figma (sin las que no podríamos vivir 😉), que nos permiten trabajar en colaboración y garantizar la participación de todas las partes en el proyecto. Esto nos permite llevar la comunicación al siguiente nivel, coordinando y mejorando la productividad del equipo.
Del mismo modo, en estas sesiones conjuntas, evaluamos la documentación con la que empezamos: análisis funcional, sistema de diseño, valores de marca, objetivos principales, casos de uso, etc., para luego desglosar los requisitos, identificar los objetivos, definir los escenarios y las personas de los usuarios.
Cuando los equipos estén alineados y listos para empezar a trabajar, es hora de medir los esfuerzos y la capacidad. ¡Empecemos!
Elementos básicos del lenguaje visual, la base de una estructura escalable
Una vez que comprendamos los desafíos, tener toda la documentación recopilada y las herramientas de trabajo definidas, es el momento de estructurar todos los elementos que forman la base del sistema visual del producto: familias tipográficas; jerarquías; colores corporativos primarios, secundarios y terciarios; colores neutros; iconografía, etc.

Definición de un sistema de diseño atómico: la biblioteca de recursos de interfaz de usuario sin la que no podemos vivir
Una vez definidos los elementos básicos, es el momento de crear los componentes a través de un sistema de diseño atómico. Este sistema, que establece la creación de componentes del más simple al más complejo, está organizado en cinco niveles: átomos, moléculas, organismos, plantillas y páginas.
El objetivo de este paso consiste en crear una biblioteca de interfaz de usuario, es decir, un catálogo de componentes que podamos usar repetidamente en la interfaz. Estos componentes deben tener estados de comportamiento y cumplir con los estándares, y cada uno debe ir acompañado de una explicación que indique cuándo y cómo debe usarse.

Espacios: un elemento vital para una experiencia coherente y organizada
Un bien organizado escala de espaciado proporciona una mayor coherencia visual en la interfaz y nos da agilidad en la proceso de creación de componentes: rellenos, márgenes, posiciones y distancias entre elementos.

Cuadrícula, diseño y puntos de interrupción: definición del comportamiento del producto para las infinitas resoluciones de pantalla del mercado
La creación de un sistema de red que se adapta al ancho de la pantalla establece el esqueleto o la estructura básica de la interfaz. Esto nos permite controlar y alinear todo el contenido para generar un un sistema más consistente y una mejor experiencia.
El comportamiento del diseño se define mediante puntos de interrupción, que son las medidas estándar que definen el ancho de la pantalla y la adaptación óptima del diseño del contenido.

Así es como trabajamos con los sistemas de diseño en Lúcid. Para nosotros, son una herramienta esencial para generar patrones de éxito, garantizar la máxima calidad en su producto, mejorar la imagen de su marca, evitar errores y crear una experiencia de usuario única y memorable.
Y es que un sistema de diseño no solo se aplica a la creación e implementación; en el futuro, también ayuda a planificar y organizar los cambios, así como a la escalabilidad y evolución de su producto en el mercado.
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